Hace días leí un mensaje que invita a celebrar el tradicional Grito de Independencia con silencio, para así manifestar nuestra inconformidad contra el gobierno por las acciones que ha tomado en contra de la inseguridad y la violencia.
¿Y quién sale ganando realmente? A final de cuentas es una propuesta que nos habla de unirnos con la premisa de primero dar la espalda al gobierno, entonces ¿dónde queda la unión?
Las acciones para combatir este mal que nos aqueja están en cada uno de los actores involucrados y los ciudadanos también estamos involucrados, sólo que a veces y cuando así nos conviene, lo olvidamos.
Tampoco se trata de generalizar, pero ¿y la prevención que se puede hacer desde el hogar, desde la escuela, desde el barrio?, ¿sabemos cómo se llaman nuestros vecinos?, ¿nos damos la oportunidad de organizar brigadas, talleres o actividades deportivas, sociales y culturales por lo menos entre nuestra familia o en la cuadra donde vivimos?
Somos indiferentes hasta que eso que parecía tan lejano nos pasa o por lo menos le pasa a alguien muy cercano; si un cáncer no se ataca a tiempo éste avanza lentamente hasta convertirse en una metástasis; todavía estamos en buen momento para extirpar el cáncer de la inseguridad y la violencia, y combatir las secuelas que habrán de quedar hasta liberarnos lo más posible y dar paso a nuestra reconfiguración como individuos y como sociedad.
Y si mejor reviramos la propuesta para celebrar con júbilo nuestro Grito de Independencia, ya sea en los festejos públicos o en nuestra propia casa, y en cada ¡Viva México! asumimos la parte que nos corresponde como ciudadanos en esa lucha contra el cáncer de la inseguridad y la violencia.
¿Por qué no apoyo la propuesta de silenciar el Grito de Independencia? Porque eso representaría una victoria más para el "crimen organizado" que justo busca callarnos, atemorizarnos y desunirnos. ¿También vamos a permitir que además de la tranquilidad nos roben nuestras celebraciones?
El frente común debe de ser de la mano con el gobierno, con las instituciones, con los medios de comunicación; y no se trata de estar de acuerdo en todo, sino de enriquecer las diferencias y fortalecer puntos de común acuerdo, actuando cada quien desde su trinchera y eso por supuesto nos incluye a cada uno de los ciudadanos que formamos parte de este gran país.
Es prudente la decisión de no acudir a los festejos públicos para evitar ser blanco de un acto de narcoterrorismo (lo cual sería para retar al gobierno, a ese gobierno al que pretendemos darle la espalda y dejarlo solo), pero el ánimo y la unión de los buenos mexicanos se puede poner de manifiesto en cada cuadra, en cada colonia, en cada municipio y en cada rincón de México, basta organizarnos y celebrar con las personas que tenemos cerca.
Hoy podemos callar y silenciar nuestro grito para manifestar el rechazo al gobierno, ese que tenemos la opción de elegir... ¿y si el "crimen organizado" toma el control? Quizá entonces el silencio será obligado... por eso SÍ AL GRITO DE INDEPENDENCIA, SÍ A LA UNIÓN DE LOS MEXICANOS, SÍ A CELEBRAR Y RETOMAR UNA VICTORIA QUE DEBE SER NUESTRA, DE LOS BUENOS MEXICANOS.
¡VIVA MÉXICO! ¡VIVAN NUESTRAS CELEBRACIONES!
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